Adoro los acordes de la magnífica cortina musical de una tormenta como la de ahora con sus truenos y goteos, tanta furia natural en el exterior genera una tranquilidad y paz inmensa en mi interior..Nada mejor que esto al momento de estar inspirado, hacer mi backup mental y luego a disfrutar de esta sinfonía que regala Dios mientras doy vueltas en la cama..
¿A veces soy tan transparente, predecible o fácil de conocer? No sé..prefiero eso a ser retorcido y un acertijo imposible de descubrir de tal forma que llegue a ser aburrido. A mis seres cercanos y queridos los llamo siempre con algún sobrenombre y algun título con una connotación cariñosa. Es el primer índice que se puede descifrar cuando pasa algo malo porque empiezo a hablar por los nombres completitos, es como si les tomara presencia en clases, me falta decir el apellido nada más. Ok. Sí, cuando pasa eso, algo anda mal, no puedo evitarlo, ya no me guardo nada, digo todo, demuestro todo y está bueno porque gano más de lo que pierdo, me gano a mí, soy sincero conmigo mismo, no me lastimo mintiéndome y fingiendo y a los demás les presento una versión mía de la más pura y sincera.
Esta forma especial de llevarme con mis seres queridos nos hace únicos, nos hace como si formáramos parte de una isla desierta en la que nosotros decidimos naufragar, cómo, con quién y cuándo. Disfrutarla. Vivir en esa isla es el placer máximo, elegirnos, formar esa pequeña comunidad impenetrable.
En conclusión, como todo esto está obviamente en la mente y son maneras de llegar a decir cosas de otra forma y buscarle distintos significados a lo cotidiano, puedo decir que la isla en mí, implica un viaje lleno de experiencias, situaciones reconfortantes y otras tristes pero que, de todos modos, dejan algo positivo y productivo, aprendizajes y deseos compartidos..
Cada uno tiene su isla paradisíaca, queda en uno descubrirla, habitarla o no, con quién, cómo y cuándo..
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